Publicado el mayo 10, 2024

El autoguiado GPS no es un gasto, es el director financiero más rentable que puedes instalar en tu cabina: cada pasada se convierte en una decisión económica optimizada que impacta directamente en tu cuenta de resultados.

  • Reduce los costes operativos (insumos, diésel) entre un 5% y un 10% al eliminar solapamientos y derivas.
  • Aumenta las horas de trabajo efectivas y reduce los errores costosos al disminuir la fatiga del operador hasta en un 80%.

Recomendación: Antes de decidir, analiza qué nivel de precisión (EGNOS, TerraStar, RTK) ofrece el mejor retorno de la inversión para TUS cultivos y labores específicas, en lugar de aspirar ciegamente a la máxima precisión.

Para el agricultor de grandes extensiones en Aragón o Extremadura, la escena es familiar: el sol cae, la visibilidad se reduce y la fatiga de una larga jornada empieza a pesar. Es en ese momento cuando las pasadas se solapan, se dejan franjas sin tratar y cada error se traduce en euros perdidos en semilla, fitosanitarios y diésel. Muchos ven el autoguiado GPS como una solución de confort para «ir recto» y aliviar ese cansancio. Pero esta visión es peligrosamente incompleta y subestima su verdadero poder.

La conversación habitual sobre el autoguiado se centra en beneficios genéricos como «ahorrar combustible» o «trabajar de noche». Si bien es cierto, estas son solo las consecuencias superficiales. El verdadero cambio de paradigma ocurre cuando dejamos de verlo como un asistente y empezamos a tratarlo como lo que realmente es: una herramienta de gestión financiera de precisión milimétrica. No se trata de comodidad, se trata de una inversión estratégica con un retorno medible y predecible, que optimiza cada centímetro cuadrado de la explotación.

Pero, ¿cómo se traduce esa precisión en rentabilidad tangible? La clave no está en adquirir la tecnología más cara, sino en entenderla a fondo para tomar decisiones informadas. Este análisis rompe con la idea de que el autoguiado es un lujo y lo establece como el pilar de la céntimo-eficiencia en la agricultura moderna española. Veremos que la pregunta correcta no es si se debe invertir, sino qué nivel de precisión necesita realmente tu bolsillo y cómo una calibración correcta es la diferencia entre el éxito y la frustración.

Este artículo desglosará, paso a paso, cómo el autoguiado se convierte en el director financiero invisible de tu tractor. Analizaremos desde los niveles de precisión y sus costes reales hasta el cálculo exacto del ahorro por hectárea, pasando por las funcionalidades avanzadas que revolucionan la planificación y las opciones reales del mercado en España.

Para aquellos que prefieren un formato visual y técnico, el siguiente vídeo ofrece una inmersión en el funcionamiento de un receptor RTK, la tecnología que permite alcanzar la precisión centimétrica que es clave en muchas de las aplicaciones más rentables que discutiremos.

A continuación, exploraremos en detalle cada uno de los aspectos que convierten al autoguiado en una pieza fundamental para la viabilidad económica de las explotaciones agrícolas. Este es el manual definitivo para que cada pasada de tu maquinaria no solo sea perfecta, sino también rentable.

EGNOS, TerraStar, RTK: qué nivel de precisión GPS necesitas realmente para tu labor (y para tu bolsillo)

El primer impulso al hablar de GPS es aspirar a la máxima precisión posible. Sin embargo, en agricultura, la rentabilidad no viene de la precisión absoluta, sino de la precisión adecuada. Invertir en una señal de 2 cm para una labor que solo requiere 20 cm es, sencillamente, tirar el dinero. Como ingeniero, mi consejo es siempre el mismo: analiza la labor, no el folleto. Cada nivel de corrección tiene un coste y una aplicación ideal, y elegir correctamente es la primera decisión financiera clave.

La señal gratuita EGNOS, con una precisión de 15-30 cm, es más que suficiente para labores como el abonado de cobertera o la aplicación de herbicidas en cereal extensivo. No tiene coste de suscripción y el retorno de la inversión es casi inmediato. Subir un escalón a señales de pago como TerraStar-C Pro (5-15 cm) se justifica plenamente en siembras en línea de maíz o girasol, o para optimizar los tratamientos en olivar, donde la alineación es importante. El coste anual se amortiza rápidamente con el ahorro en semilla y la mejora en la eficiencia de las labores posteriores.

Finalmente, la precisión centimétrica del RTK (2-3 cm) es el estándar de oro, pero solo es rentable en escenarios muy concretos. Es imprescindible para plantaciones de alto valor como viñedos, hortícolas o pistachos, donde cada centímetro cuenta. Para un agricultor individual, la inversión en una estación base propia (alrededor de 15.000€) es difícil de justificar, pero el acceso a la red RTK pública y gratuita del IGN en España o las estaciones compartidas en cooperativas cambian por completo el cálculo, como demuestra el caso de éxito de viticultores en La Rioja que amortizaron una estación compartida en menos de 3 años gracias a un ahorro del 6% en insumos y combustible para cada socio.

La siguiente tabla, basada en datos de proveedores especializados, resume esta decisión financiera fundamental. Es la hoja de ruta para no pagar de más por una precisión que no necesitas.

Comparativa de niveles de precisión GPS para agricultura en España
Señal de corrección Precisión Coste Aplicación ideal Cultivos recomendados
EGNOS 15-30 cm Gratuito Abonado, herbicidas Cereales extensivos
TerraStar-C Pro 5-15 cm 500-800€/año Siembra en línea Maíz, girasol, olivar
RTK (Red IGN España) 2-3 cm Gratuito (red pública) Plantaciones precisas Viñedo, hortícolas, pistachos
RTK (estación propia) 2 cm 15.000€ inversión inicial Cooperativas grandes Todo tipo alta precisión

Por lo tanto, antes de decidir, evalúa el valor que cada centímetro de precisión añade a tu cultivo. La respuesta a menudo te sorprenderá y te ahorrará miles de euros.

Mi autoguiado no va recto: los 3 errores de calibración que frustran al 90% de los nuevos usuarios

Has hecho la inversión. Tienes un sistema capaz de guiar tu tractor con una precisión de pocos centímetros. Sales al campo, activas el sistema y… el tractor no va perfectamente recto. Deriva, crea curvas suaves o no clava la pasada junto a la anterior. Esta frustración es la principal causa de abandono o subutilización de la tecnología, y casi siempre se debe a los mismos errores de calibración. Un sistema de autoguiado es un cerebro que necesita que le enseñes correctamente quién es y qué tiene enganchado detrás.

El primer error es ignorar las dimensiones exactas del tractor y el apero. Introducir una «distancia entre ejes» o un «ancho de trabajo» aproximados es como darle un mapa equivocado. El sistema calculará correcciones erróneas. Es crucial medir y registrar con exactitud estas dimensiones, incluyendo la distancia del punto de enganche al punto de trabajo del apero.

El segundo gran fallo es no configurar adecuadamente el Módulo de Compensación de Terreno (TCM). Este componente corrige la inclinación del tractor. Sin una calibración correcta, en una pendiente como las de los almendros en Andalucía o los viñedos en Galicia, el sistema creerá que el tractor está en un punto cuando en realidad la antena está desplazada varios centímetros ladera abajo. El resultado es una pasada desviada. La calibración del TCM en terreno llano y en pendiente es un paso no negociable.

Finalmente, el tercer error común es usar una configuración de agresividad única para todas las labores. La velocidad de respuesta del sistema debe adaptarse. Una pulverización a alta velocidad necesita una respuesta más suave para evitar bandazos, mientras que una labor de siembra a baja velocidad requiere una respuesta más agresiva para mantener la línea con precisión. Guardar una configuración específica para cada combinación de tractor y apero es la clave para un rendimiento óptimo y consistente.

Agricultor calibrando el sistema de autoguiado GPS en la cabina de un tractor moderno

Como se puede apreciar, la interacción con la tecnología es directa. La calibración no es un proceso de «configurar y olvidar», sino un diálogo continuo con la máquina para asegurar que los datos que recibe son un reflejo fiel de la realidad física. Para evitar estos problemas, sigue una lista de verificación metódica.

Plan de acción para una calibración perfecta

  1. Dimensiones del tractor: Introduce en el sistema la distancia exacta entre ejes y el ancho de vía.
  2. Compensación de terreno (TCM): Calibra el módulo en terreno llano y, si trabajas en laderas, realiza una segunda calibración en pendiente.
  3. Dimensiones del apero: Mide y registra el ancho de trabajo real y la distancia desde el enganche hasta el punto de labor.
  4. Sensor de ángulo de dirección: Realiza la calibración del sensor con el tractor detenido en un terreno completamente llano.
  5. Prueba y ajuste de deriva: Conduce en línea recta una distancia de 100 metros y ajusta la deriva lateral hasta que la pasada sea perfecta.

Una correcta calibración no lleva más de 30 minutos y transforma un sistema frustrante en la herramienta de precisión por la que pagaste. Es el trabajo previo que garantiza la rentabilidad posterior.

El cálculo definitivo: cuántos euros en fitosanitarios y diésel te ahorra el autoguiado por hectárea

El argumento de la rentabilidad del autoguiado debe sostenerse con números, no con promesas. Como ingeniero de producto, he visto en innumerables explotaciones cómo la precisión se traduce directamente en la cuenta de resultados. La métrica clave es la reducción de solapamientos. Una pasada media sin autoguiado puede tener un solapamiento del 5% al 10%. Esto significa que en una finca de 100 hectáreas, estás tratando (y pagando) entre 5 y 10 hectáreas de más. El autoguiado reduce ese solapamiento a prácticamente cero.

Traduzcamos esto a euros. Los datos del sector en España confirman un ahorro global medio del 6% en semilla, abono, fitosanitarios y combustible. Pero podemos ser más específicos. Para un cultivo de cereal en Castilla y León, un ahorro típico por hectárea se desglosa en: 24€ en semilla, 18€ en fertilizante, 12€ en herbicida y 15€ en diésel. La suma asciende a 69€ por hectárea y año. En una explotación de 300 hectáreas, hablamos de más de 20.000€ de ahorro bruto anual.

En cultivos de mayor valor, el impacto es aún más notable. Para el maíz, el ahorro puede alcanzar los 101€/ha/año. En olivar superintensivo, donde los tratamientos fitosanitarios son un coste importante, el ahorro se sitúa en torno a los 78€/ha/año. Estos no son números teóricos, son el resultado directo de no aplicar producto donde ya se ha aplicado y de optimizar cada pasada de la maquinaria.

Análisis de rentabilidad: explotación de 300 ha de cereales en Soria

Una explotación de trigo y cebada en Soria implementó un sistema RTK. La inversión inicial fue de 25.000€. El análisis documentó un ahorro anual estimado de 7.200€. Este ahorro proviene de la eliminación del 5% de superficie duplicada por solapamientos, una reducción del 15% en el consumo de combustible gracias a giros en cabecera optimizados (iTEC), y un 8% menos de producto fitosanitario aplicado. Con estos números, el sistema se amortizó por completo en solo 3,5 años, generando a partir de entonces un beneficio neto.

La conclusión es clara: el autoguiado no es un coste, es una inversión que se paga sola. El cálculo del retorno de la inversión debe ser el primer paso antes de cualquier decisión de compra, y en la mayoría de las explotaciones profesionales españolas, el resultado es abrumadoramente positivo.

Más allá de ir recto: cómo las líneas guardadas y el iTEC Pro revolucionan tu planificación de pasadas

Limitar el autoguiado a la simple tarea de mantener una línea recta es como usar un smartphone solo para hacer llamadas. Las funciones avanzadas, como las líneas de guiado guardadas y la automatización de maniobras en cabecera (sistemas como iTEC Pro), son las que realmente transforman la eficiencia y crean lo que denomino la «arquitectura de la parcela». No se trata de comodidad, sino de diseñar un plan de trabajo permanente y optimizado para toda la vida útil de un cultivo.

Las líneas de guiado guardadas (A-B, curvas adaptativas, etc.) permiten repetir exactamente las mismas pasadas año tras año. Esto es fundamental no solo para el tráfico controlado que veremos más adelante, sino para la planificación a largo plazo. Una vez que defines la pasada óptima para una parcela, esta se convierte en el plano maestro para todas las labores futuras: siembra, tratamientos, recolección. Se elimina la variabilidad del operador y se garantiza una consistencia absoluta. Como afirman desde John Deere España en su análisis sobre la digitalización, el proceso de documentación tiene lugar a través de máquinas conectadas que captan y utilizan datos para optimizar el cultivo.

Por otro lado, la automatización en cabeceras va un paso más allá. El sistema no solo guía el tractor en la pasada, sino que realiza la maniobra de giro de forma automática, levantando y bajando el apero en el momento preciso y engranando la siguiente línea de guiado sin intervención del operador. Esto reduce drásticamente la «fatiga económica»: el cansancio que lleva a errores costosos. Además, optimiza el radio de giro, reduciendo el consumo de combustible y el tiempo perdido en cada cabecera. En una parcela grande, estos segundos ahorrados en cada pasada se convierten en horas al final de la campaña.

Diseño de plantación de pistachos en Castilla-La Mancha

Una finca de 120 hectáreas en Ciudad Real utilizó un sistema de líneas A-B guardadas para una nueva plantación de pistachos. Planificaron un marco de 6×7 metros, óptimo para la mecanización futura, y guardaron estas líneas en el sistema GPS. El resultado es una alineación perfecta que se usará durante los próximos 30 años. Esto no solo facilita las labores anuales, ahorrando un 30% del tiempo, sino que permite el paso de cosechadoras vibratorias de alta velocidad sin dañar los árboles, maximizando la eficiencia de la recolección.

Estas herramientas convierten la gestión de la finca de un arte basado en la experiencia a una ciencia basada en datos y repetibilidad. Es la diferencia entre trabajar más duro y trabajar de forma más inteligente.

La huella invisible: por qué usar siempre las mismas rodadas gracias al autoguiado puede salvar tu suelo

Hablamos mucho de los ahorros visibles del autoguiado: insumos, combustible, tiempo. Pero existe un beneficio a largo plazo, una «huella invisible» con un impacto económico enorme: la salud del suelo. Cada vez que una máquina pesada pasa por el campo, compacta el terreno. Esta compactación reduce la infiltración de agua, dificulta el desarrollo de las raíces y disminuye la actividad biológica, lo que se traduce en una pérdida de rendimiento. Tratar el suelo como un «capital del suelo», un activo a preservar, es fundamental para la sostenibilidad y rentabilidad a largo plazo.

Aquí es donde el autoguiado, combinado con la estrategia de Tráfico Controlado (CTF – Controlled Traffic Farming), se convierte en una herramienta de conservación revolucionaria. La idea es simple: confinar todas las pasadas de la maquinaria a las mismas rodadas permanentes, año tras año. Gracias a la precisión centimétrica del RTK y las líneas guardadas, esto es perfectamente posible. El resultado es que un alto porcentaje de la superficie de cultivo (típicamente el 80-90%) nunca es pisado por una rueda.

Esta zona no compactada mantiene una estructura edafológica óptima, con mejor aireación y capacidad de retención de agua. Las raíces pueden explorar un mayor volumen de suelo, accediendo a más nutrientes y agua, lo que hace al cultivo más resiliente a la sequía. Como confirman los estudios sobre agricultura de tráfico controlado, esta práctica contribuye a sanar la estructura del suelo y lograr un mayor rendimiento agrícola a largo plazo.

Vista macro del suelo agrícola mostrando la diferencia entre zona compactada y zona sin tráfico

Implementación de CTF en suelos arcillosos de la Campiña de Sevilla

Una explotación de 250 hectáreas de girasol y trigo en una zona de suelos arcillosos propensos a la compactación implementó un sistema de rodadas permanentes, confinando el tráfico al 15% del terreno. Después de solo tres años, los resultados fueron espectaculares: la infiltración de agua mejoró en un 35%, la compactación se redujo drásticamente en el 85% de la superficie cultivable y, lo más importante, el rendimiento del girasol se incrementó en más de 200 kg por hectárea. Un beneficio directo a la cuenta de resultados derivado de la mejora del capital del suelo.

Invertir en autoguiado no es solo optimizar la campaña actual, es invertir en la productividad de tu tierra para las próximas décadas. Es la prueba definitiva de que la tecnología y la sostenibilidad pueden y deben ir de la mano.

El impacto del autoguiado en el ahorro de insumos y combustible

La eficiencia en el uso de insumos es uno de los mayores desafíos de la agricultura moderna. No solo por el coste económico, sino también por el impacto ambiental. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, una cifra alarmante del 80% del nitrógeno aplicado en agricultura se desperdicia y no es absorbido por los cultivos, contaminando aguas y suelos. El autoguiado, especialmente cuando se combina con tecnologías como el Control de Secciones, ataca este problema de raíz.

El Control de Secciones es una funcionalidad que apaga y enciende automáticamente las secciones de la barra de un pulverizador o los cuerpos de una sembradora al entrar o salir de zonas ya tratadas o al pasar por cabeceras y linderos irregulares. Sin esta tecnología, los solapamientos son inevitables, especialmente en parcelas con formas complejas. Cada metro cuadrado que recibe una doble dosis de herbicida, fertilizante o semilla es un desperdicio directo de dinero y un riesgo de fitotoxicidad para el cultivo.

El ahorro es especialmente significativo en parcelas pequeñas o irregulares, donde las maniobras son constantes. En estas condiciones, el Control de Secciones puede generar un ahorro de hasta el 12% del producto total. En explotaciones grandes, aunque el porcentaje sea menor, el volumen total de ahorro en euros sigue siendo muy sustancial.

En cuanto al combustible, el ahorro proviene de dos vías. La primera, y más obvia, es la eliminación de pasadas innecesarias por el solapamiento. La segunda, más sutil, es la optimización de la conducción. Un operador, por muy experto que sea, realiza microcorrecciones constantes en la dirección. El sistema de autoguiado traza la línea más eficiente, reduciendo la distancia total recorrida y, por tanto, el consumo. Este efecto se magnifica en labores de tiro pesado como el subsolado o la vertedera, donde cada pasada extra con el motor a pleno rendimiento puede suponer un consumo de hasta 25 litros por hectárea adicionales.

Al final, la precisión del autoguiado permite aplicar la dosis correcta, en el lugar correcto y solo una vez. Es la definición de eficiencia, con un impacto directo y positivo tanto en el bolsillo del agricultor como en el medio ambiente.

Precisión centimétrica vs. submétrica: qué nivel de autoguiado necesitas realmente para tu labor

Hemos establecido que la rentabilidad reside en la «precisión adecuada», no en la máxima posible. Ahora, vamos a definir de forma práctica qué significa «adecuada» para los principales cultivos y labores en España. La decisión de invertir en una señal de pago o en RTK debe estar 100% justificada por un retorno de la inversión claro y demostrable para la labor específica que se va a realizar.

Para la gran mayoría de explotaciones de cereales (trigo, cebada, avena), la señal gratuita EGNOS con su precisión de 15-20 cm es perfectamente válida para las labores más comunes como el abonado de cobertera o los tratamientos herbicidas. El solapamiento que se evita con esta precisión ya genera un ahorro significativo sin necesidad de pagar una suscripción anual.

Cuando pasamos a cultivos en línea como el maíz o el girasol, la exigencia aumenta. Una siembra precisa es clave para la emergencia homogénea y para facilitar labores mecánicas posteriores como el binado. Aquí, una señal de pago con precisión submétrica (5-10 cm) como TerraStar se justifica plenamente. Lo mismo ocurre en plantaciones leñosas como el olivar o almendro en seto, donde optimizar las pasadas entre las líneas sin dañar el cultivo es fundamental. El coste de la suscripción se amortiza con la mejora de la eficiencia y la reducción de daños.

La precisión centimétrica (2-3 cm) del RTK se vuelve imprescindible para cultivos de muy alto valor o que requieren una precisión absoluta. En el viñedo en espaldera, para poder realizar labores mecánicas entre las cepas sin dañarlas, o en cultivos hortícolas donde el marco de plantación es muy ajustado, el RTK no es un lujo, es una necesidad operativa. Como resume un experto de Farmer Technology España, una de las voces autorizadas del sector:

Para muchas labores de abonado en cobertera en cereal, una precisión de 15-20 cm es más que suficiente y invertir en RTK para esa tarea específica no genera un retorno de la inversión.

– Farmer Technology España, Guía de sistemas de autoguiado GPS

Una estrategia inteligente es empezar con un receptor escalable, que permita trabajar con EGNOS y activar precisiones superiores mediante suscripción solo cuando la labor o un nuevo cultivo lo justifiquen económicamente.

Al final, la tecnología debe adaptarse a la explotación, y no al revés. Elegir el nivel de precisión correcto es la mejor demostración de una gestión agrícola eficiente y enfocada en la rentabilidad.

Puntos clave a recordar

  • El autoguiado GPS no es un lujo, sino una herramienta de gestión financiera que optimiza cada pasada y ofrece un retorno de la inversión medible.
  • La rentabilidad no reside en la máxima precisión (RTK), sino en elegir la «precisión adecuada» para cada cultivo y labor específica, empezando por las opciones gratuitas como EGNOS.
  • El ahorro real, que puede superar los 70€/ha en cereal, proviene de la eliminación de solapamientos, la optimización de giros y un uso preciso de insumos gracias a tecnologías como el Control de Secciones.

Sistemas de autoguiado satelital: la guía definitiva para una precisión milimétrica

Una vez entendida la lógica de la rentabilidad y la precisión, el último paso es conocer el mercado. La oferta de sistemas de autoguiado en España es amplia, y la decisión de compra debe tener en cuenta no solo el precio, sino la compatibilidad, el servicio técnico y las opciones de segunda mano. La interoperabilidad es un factor crítico; un sistema «cerrado» que solo funciona con tractores y aperos de la misma marca puede ser una limitación a largo plazo. La clave es buscar soluciones basadas en el protocolo ISOBUS, que garantiza la comunicación entre equipos de diferentes fabricantes.

Marcas como Trimble o Topcon ofrecen sistemas universales de alta gama, compatibles con la mayoría de tractores del mercado. El ecosistema de John Deere es muy potente pero a menudo más integrado en sus propias máquinas. Una opción muy interesante en España es la empresa vallisoletana Cerea, que ha desarrollado sus sistemas en colaboración directa con agricultores españoles y se ha ganado una sólida reputación por su rendimiento y su precio competitivo. De hecho, es uno de los modelos más exitosos en el mercado nacional.

El mercado de segunda mano es una vía de entrada muy viable. Equipos de marcas reconocidas con 2-3 años de antigüedad, como un Trimble GFX-750 o un receptor John Deere SF3000, se pueden encontrar en portales especializados por precios que oscilan entre 8.000€ y 12.000€. Al comprar de segunda mano, es vital verificar el estado del cableado, las horas de uso del receptor y, sobre todo, los desbloqueos de software que tiene activos (RTK, Control de Secciones, etc.), ya que estos constituyen una gran parte del valor del equipo.

Para facilitar la decisión, la siguiente tabla compara la interoperabilidad y el coste orientativo de las principales opciones del mercado español.

Comparativa de interoperabilidad entre marcas principales
Sistema Compatible ISOBUS Trabaja con otras marcas Precio orientativo
Trimble GFX Universal 12.000-18.000€
John Deere SF Parcial Limitada (ecosistema JD) 15.000-22.000€
Topcon X35 Universal 11.000-16.000€
Cerea Universal 8.000-12.000€

Con toda esta información, estás en una mejor posición para navegar el mercado. Es útil tener a mano esta guía definitiva sobre los sistemas de autoguiado al momento de evaluar opciones.

El siguiente paso lógico no es comprar impulsivamente, sino calcular. Utiliza las cifras y los conceptos de este análisis para evaluar el retorno de la inversión en tu propia explotación. Determina qué nivel de precisión paga realmente tus facturas y busca el sistema, nuevo o de segunda mano, que mejor se ajuste a esa necesidad con una visión a largo plazo.

Preguntas frecuentes sobre el ahorro con autoguiado agrícola

¿Cuánto producto se ahorra realmente con el Control de Secciones?

En parcelas irregulares o con ‘picos’, el ahorro puede alcanzar hasta un 12% del producto total, especialmente en fitosanitarios y fertilizantes, al evitar duplicidades en cabeceras y zonas ya tratadas.

¿Es mayor el ahorro en laboreo profundo o en pulverización?

El ahorro de combustible es significativamente mayor en laboreo profundo (subsolado, vertedera) donde cada pasada extra con el motor a pleno rendimiento puede consumir hasta 25 l/ha adicionales.

¿Cómo ayuda el autoguiado a cumplir con el Pacto Verde Europeo?

Permite documentar con precisión la reducción en uso de fitosanitarios y fertilizantes exigida por la estrategia ‘De la Granja a la Mesa’, facilitando el cumplimiento normativo y el acceso a las ayudas de la PAC.

Escrito por Miguel Sánchez, Miguel Sánchez es jefe de taller en un servicio técnico agrícola con 20 años de experiencia en maquinaria pesada de alto rendimiento. Su especialidad es el diagnóstico electrónico y el mantenimiento preventivo para garantizar la máxima disponibilidad operativa.